José Luis Abarca y “Guerreros Unidos” ordenaron la desaparición de jóvenes de Ayotzinapa: Encinas

El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, afirmó que una de las principales razones que hace diferente su informe al de la verdad histórica de Jesús Murillo Karam es que “se sustentó en declaraciones mediante tortura y nosotros no torturamos absolutamente a nadie”.

Afirmó que “cuando señalamos que la verdad histórica se diseñó en los más altos niveles, involucra a todas aquellas personas que participaron en las reuniones de la Presidencia de la República y la discusión de estos temas y es ahí donde habrá que ubicar no solo el diseño sino la operación e implementación de esta acciones que en muchos casos hay presunción de la alteración de este crimen y lo que está plenamente acreditado haber creado una verdad fundada en actos de tortura contra las personas detenidas”.

Encinas también llamó “a todas las personas que cuenten con información la aporten en beneficio del esclarecimiento de estos deleznables hechos”.

El funcionario presentó una síntesis del informe de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa (Covaj), que dio la semana pasada también en Palacio Nacional en la que una de las conclusiones, en primera instancia, es que quien dio la orden de una labor cruel de desaparición de los jóvenes fue el presidente municipal de Iguala, en ese entonces, José Luis Abarca y por integrantes del grupo Criminal “Guerreros Unidos”, así como de otros agentes del Estado mexicano.

La desaparición de los estudiantes se realizó por instrucciones que «El Gil» transmitió «Cepillo» a través de «Fercho», encargado de los sicarios de Guerreros Unidos en Cocula.

El informe de Covaj indica que «A1» dio la orden de recuperar la mercancía: «Me chingan a todos a discreción». «A1» ordenó la desaparición de todos los estudiantes porque no saben «quien es quien» y se está calentando la plaza demasiado, «mátalos a todos, Iguala es mío», refiere la versión de la actual administración.

Destacó los dos momentos: el contexto y los hechos de personas que participaron en la desaparición de los estudiantes; y la creación de la llamada “verdad histórica”, por la que Murillo Karam, exprocurador general de la República, fue vinculado a proceso.

Entre las conclusiones de la actual administraciones es que se trató de un crimen de Estado, en el que concurrieron integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos y agentes de diversas instituciones del Estado mexicano; que autoridades federales y estatales del más alto nivel fueron omisas y negligentes, al existir elementos de presunción respecto de alterar hechos y circunstancias para establecer una conclusión ajena a la verdad de los hechos.

También se concluye que en todo momento las autoridades federales, estatales y municipales tuvieron conocimiento de la movilización de los estudiantes desde su salida de la Normal hasta su desaparición, y sus acciones, omisiones y participación permitieron la desaparición y ejecución de los estudiantes, así como el homicidio de otras seis personas.

También indican que en ningún momento la presencia de los estudiantes en Iguala obedeció a la intención de boicotear el acto de la presidenta municipal del DIF y que “el grupo delictivo actuó con un amplio número de sicarios y halcones, a partir de un mando central y al menos tres células de halcones y sicarios, con el apoyo de distintas policías”.

Tampoco existió comunicación alguna entre los estudiantes y el grupo delictivo durante los hechos y que tras la salida de la Terminal de Autobuses de Iguala, en ningún momento los estudiantes estuvieron juntos durante su desaparición.

En la “verdad histórica” indica que los 43 alumnos detenidos fueron llevados a la comandancia municipal de Iguala y se rechaza con la actual administración al señalar que “tras la salida de los estudiantes de la Terminal de autobuses, en ningún momento los 43 estuvieron juntos y solo los alumnos del autobús 1568 fueron llevados a la comandancia.

La versión de Murillo Karam indica que los estudiantes fueron sustraídos de la comandancia y entregados a policías de Iguala y Cocula, quienes a su vez Loma de Coyotes, los otros normalistas a Huitzuco y los entregaron en Loma de Coyotes a Guerreros Unidos. Lo que en realidad sucedió, según la versión actual, es que “solo los alumnos del autobús 1568 fueron llevados a Loma de Coyotes y otros sitios.

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