Senado reelige a Rosario Piedra en la CNDH en medio de cuestionamientos
El Senado de la República reeligió a Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en una sesión caótica que se prolongó más de siete horas, marcada por la polémica en torno al presunto fraude en su elección original en 2019.
Ante este contexto, la oposición exigió garantías extremas de transparencia en el proceso y pidió que la cúpula oficialista no ejerciera presión sobre los legisladores. A pesar de estas demandas, la mayoría de los senadores de Morena, el Partido Verde y el Partido del Trabajo respaldó la reelección de Piedra, a pesar de las fuertes objeciones de los partidos de oposición: PAN, PRI y Movimiento Ciudadano.
Para evitar posibles irregularidades, el bloque opositor solicitó medidas especiales para garantizar la transparencia en la votación. Los folios en las cédulas fueron contabilizados y los senadores depositaron sus votos en una urna transparente. Aun así, la oposición exigió el uso de una mampara adicional en el Pleno para asegurar la secrecía, argumentando que el oficialismo presionaba a sus legisladores para votar a favor de Piedra Ibarra.
Al final de la votación y tras el recuento, a la 1:27 de la madrugada, se anunció que se emitieron un total de 127 cédulas de votación, de éstos, uno fue para Paulina Hernández Diz, 87 para Rosario Piedra y 36 para Nashieli Ramírez. Tres cédulas fueron anulados, cumpliendo así con el requisito de mayoría calificada para la reelección de Piedra Ibarra por cinco años más al frente de la CNDH.
Tras el anuncio de la mayoría calificada en la votación, el senador presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña ordenó que una comitiva acompañara a Rosario Piedra para rendir su protesta de ley a la 1:38 de la mañana.
Conflicto por la secrecía del voto
La sesión fue interrumpida en varias ocasiones debido al intenso debate sobre la transparencia en la votación. La oposición insistió en que el voto fuera secreto para evitar presiones, argumentando que Morena intentaba asegurar el respaldo a Piedra al solicitar a sus senadores mostrar el sentido de su voto. Para proteger la privacidad, los legisladores opositores colocaron una mampara en el Pleno, similar a las utilizadas en elecciones federales.
Esta medida provocó enfrentamientos físicos y verbales entre senadoras de Morena y del PAN, lo que generó suspensiones en la sesión. Durante el debate, Ricardo Anaya (PAN) pidió que las cédulas de votación estuvieran marcadas y foliadas para evitar cualquier manipulación. En respuesta, el coordinador de Morena, Adán Augusto López, declaró: “Que la boleta se entregue públicamente y sin marcas. Se las vamos a ganar con 87 votos; hay un bloque mayoritario unido y convencido”.
Jorge Carlos Ramírez Marín, del Partido Verde, defendió la postura oficialista, afirmando: “no necesitamos una mampara. Vamos a votar como ya decidimos que vamos a votar”.