La mitad de Chile está bajo el agua
Ocho regiones de Chile, desde Coquimbo por el norte hasta la de Los Ríos por el sur, una franja de unos mil 400 kilómetros, fueron declaradas “zonas de catástrofe” como consecuencia de las torrenciales lluvias e intensos vientos de hasta 80 kilómetros por hora que las azotan, que han dejado miles de personas damnificadas, un fallecido, ciudades, carreteras y campos agrícolas anegados, en lo que se describe como la peor tormenta en dos décadas.
El frío, en torno a los 10 grados centígrados o menos, era otra característica del temporal, así como marejadas de entre cinco y 15 metros azotaban el litoral.
De momento se contabilizan seis mil 400 personas damnificadas, unas 600 aisladas en sectores rurales y dos mil 400 casas con daños totales y/o parciales, pero la cifra va al alza, a la vez que más de 70 mil hogares permanecen sin energía eléctrica.
De acuerdo al servicio meteorológico, en poco más de dos días han caído en promedio hasta 100 milímetros de agua, cifra que se queda corta en ciertas zonas específicas, por ejemplo, la región del Biobío, donde desde el martes se han acumulado más de 300, un aguacero que tornó a diluvio en municipios como Curanilahue, Arauco y Santa Juana, con múltiples ríos desbordados, cientos de viviendas anegadas por el agua y barro, imposibles de habitar.
Aún deben precipitar entre 20 y 30 milímetros de lluvia hasta el mediodía del viernes, en tanto que ya se prevé que la próxima semana estará arribando otro frente del mal tiempo que afectará también a la zona centro sur del país.
La tormenta ocurre cuando aún no comienza el invierno del hemisferio austral, el próximo 21 de junio, y es considerado una manifestación de “El Niño”, fenómeno meteorológico en el cual la superficie del Océano Pacífico se calienta más de lo habitual, desde el ecuador y por las costas de Centro y Sudamérica, causando sistemas de baja presión atmosféricos que dan paso a copiosas lluvias.
En aldeas y sectores cordilleranos, el peligro de aluviones y remociones en masa hizo que sonaran las alarmas ordenando la evacuación inmediata, ello porque la isoterma cero -es decir, la «línea imaginaria donde la temperatura del aire alcanza los 0 grados centígrados, donde la precipitación cambia de fase líquida a sólida», sobre la cual nieva y bajo la cual bajo hay lluvia líquida”-, está relativamente alta.